La arqueología experimental nos ayuda a comprender cómo los seres humanos de los tiempos remotos realizaron sus actividades de la vida cotidiana. Es, en definitiva, una disciplina científica de gran utilidad cuyas aplicaciones didácticas no dejan de sorprender.
Pero la arqueología experimental no es solo una ciencia auxiliar de la Historia y la Arqueología sino que nos ofrece el pasaporte adecuado que nos traslada de lleno al mundo del paleolítico. Un viaje en el que José Aurelio García Munúa, responsable del aula didáctica del yacimiento de la Cueva del Castillo en Puente Viesgo (Cantabria), nos servirá de guía.
Acompañados de Munúa, un arqueólogo experimental que brilla con luz propia, podremos ver con nuestros propios ojos cómo las bandas de cazadores y recolectores nómadas elaboraron sus útiles de caza, cómo crearon sus manifestaciones artísticas que han perdurado durante milenios y cómo se las ingeniaron para conseguir el fuego mucho antes de que se inventasen las cerillas.
Próximo tren con destino a la prehistoria está a punto de partir…